La situación atípica de los últimos meses con un confinamiento obligado «pasa factura de una u otra manera a un porcentaje de la población general y en particular las personas con problemas graves de salud mental» señala Blas García, director de la Asociación de Familiares y Personas con Enfermedad Mental Grave de la provincia de Cádiz, AFEMEN.García considera que el trabajo llevado a cabo tanto por la entidad como por las Unidades de Salud Mental de cada localidad han sido claves para sobrellevar la situación, aunque sí es cierto que con el desgaste hay ciertas personas que han desarrollado «mayor angustia, mayor ansiedad, más miedos y necesitan un mayor apoyo». En estos momentos, AFEMEN se encuentra trabajando para volver a abrir sus centros de día y ya ha retomado la actividad en los Centros Penitenciarios de la provincia.

Con la provincia en Fase 3 de la desescalada, ¿qué servicios podéis ofrecer desde Afemen?

Nosotros tenemos muchísimas ganas de empezar a funcionar desde hace varias semanas pero hay que cumplir una serie de requisitos, normativa y protocolos de prevención. La atención presencial la estamos limitando ahora y desde hace ya unas dos semanas a atenciones individuales y acompañamientos en domicilio sobre todo priorizando a aquellas personas que tengan más necesidad y que con motivo del confinamiento han desarrollado una mayor angustia, mayor nivel de ansiedad, más miedos y que necesitan un mayor apoyo por parte nuestra. En segunda fase retomamos la atención individual a las familias en aquellos casos en los que veíamos mayor necesidad. Estamos esperando para empezar la semana que viene probablemente de forma presencial con todos los protocolos establecidos.

¿Cómo esperan que sea la apertura de vuestros centros?

La orden de la Junta de Andalucía sirve de guía y luego aplicamos nuestro propio plan de vuelta a la normalidad de manera gradual. Hay un protocolo establecido sobre el refuerzo de la limpieza de nuestros centros, el tema de la distancia social, el uso de las mascarillas que será obligatorio, el gel hidroalcohólico, etc. Y luego en ese plan de desescalada, una vez que tengamos los test hechos, será de manera gradual. Empezaremos con pequeños grupos de 8-10 personas máximo y haremos varios turnos, en función de la localidad de que se trate y de los horarios establecidos, estableceremos dos o tres turnos al día. Con todas esas medidas y también potenciando las salidas al exterior, el uso de recursos comunitarios, el contacto con la naturaleza, con la calle, no solamente las actividades en los propios centros.

Los usuarios con un problema grave de salud mental, ¿cómo han vivido el confinamiento?

En el primer mes y medio ha ido mucho mejor de lo que esperábamos. También ha influido el trabajo que hemos ido haciendo desde las distintas delegaciones de la Asociación en la provincia y por supuesto, el trabajo de la Unidad de Salud Mental de referencia de cada localidad, donde trabajadoras sociales, enfermeras, auxiliares y psiquiatras han estado haciendo un seguimiento de cada caso. Sí es verdad que desde hace un mes más o menos, se notan síntomas de desgaste, de cansancio, de agotamiento y de que necesitan respirar. La gran mayoría de ellos con los que contactamos sobre todo son precisamente aquellos a los que le ha costó mucho trabajo en su día entrar en la normalidad, de asistir a un programa, a actividades o relacionarse con otras personas. Ante los síntomas y características de una persona que tiene un problema grave de salud mental que tiende al aislamiento, al retraimiento, con dificultades para solicitar ayuda y para entender el contenido de las instrucciones que se le da, la labor de llamada diaria que es una labor también proactiva. No nos podíamos esperar a que ellos nos pidan ayuda dadas las características de este grupo de personas. A lo mejor nos pide ayuda un 5% un 10%, no más, el resto tenemos que llamar porque por la situación en la que se encuentran muchas veces se bloquean y no son capaces de pedir ayuda. También hay que tener en cuenta que la población con la que trabajamos es riesgo, que tiene otro tipo de patologías añadidas que hacen que hacen que esa población pueda ser mucho más susceptible en el caso de que fuese contagiada por el coronavirus, por ejemplo de tipo cardiovasculares, entre otras. El tabaquismo influye muchísimo, aproximadamente entre el 85% – 90% y todas las patologías unidas al tabaquismo hacen que su esperanza de vida media sea de 15 años menor que la población general. Todo eso nos ha hecho tomar mayores medidas de prevención.

Actividades como las que realizáis en los Centros Penitenciarios ya están volviendo a la normalidad.

Sí, la semana pasada lo retomamos. Ahí también ha habido diferentes fases. En la fase inicial teníamos ciertos contactos telefónicos con profesionales de los centros penitenciarios. Luego empezamos con videollamadas y en esta última fase, con asistencia personal. Hemos vuelto y es un tema también importante porque enfoca ese doble confinamiento en el que se encuentra una persona que está cumpliendo condena en un centro penitenciario y cuando se trata de una persona con un problema grave de salud mental es una situación muy difícil en la que existen problemas añadidos.

Entrevista y foto: LaVozdigital.es